Hablar de Bilbao es hablar de una ciudad industrial que supo reinventarse durante la crisis económica, apostando por un sector, el de los servicios, que hasta ese momento había permanecido en un segundo plano. La regeneración de la ciudad desde entonces es tan evidente que se ha convertido en una referencia urbanística reconocida internacionalmente, tal es así que fue galardonada como ‘Mejor Ciudad Europea 2018’. “En los últimos años Bilbao ha cambiado mucho, y hoy, es una ciudad vanguardista en la que se ha sabido respetar las tradiciones e integrar a la perfección ese pasado industrial tan ligado a nuestra ciudad. Pasear por sus calles y disfrutar de unos buenos pintxos siguen estando entre las actividades preferidas por turistas y lugareños, pero ahora, los bares y pubs de la ciudad ofrecen más, y poder disfrutar de la gastronomía local y el arte al mismo tiempo es ya una actividad posible gracias a locales como el nuestro” comentan desde Pub K2.

Por todos es sabido que el icono de esta transformación es el Museo Guggenheim, obra de Frank Gehry, pero a él se fueron sumando otros como las torres Isozaki o la de Iberdrola. No se puede dejar de mencionar también la Alhóndiga, un antiguo almacén de vinos reconvertido por Philippe Starck en espacio de cultura y encuentro, y el metro de la ciudad, que lleva el sello de Norman Foster.

Pero que nadie se confunda, porque lo cierto es que según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a principios del mes de enero, la industria vasca sigue siendo una de la más dinámicas de España, con un crecimiento de la actividad industrial del 2,1% entre enero y noviembre de 2019, un ritmo que contrasta con el 0,5% del conjunto de España. Resumiendo, a falta de conocer los datos de diciembre de 2019, lo cierto es que el crecimiento de la industria vasca cuadriplica el del conjunto del resto de comunidades autónomas. Cabe comentar también que Madrid, con tres décimas más, encabeza la lista.

De lo anterior se desprende que la capital vizcaína sigue siendo una potencia industrial, algo fácil de comprobar si se tiene en cuenta que dispone de los puertos más activos del país en lo relativo a tráfico de mercancías, que el volumen de importaciones y exportaciones es cada vez mayor, y que cada vez son más los turistas que se apuntan a visitar una ciudad que hasta no hace mucho era lugar de encuentro de empresarios de todo el mundo que acudían a la ciudad por trabajo.

Hoy, transitar por las calles de Bilbao es un placer para todos los sentidos.