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Los cuidadores de ancianos y dependientes


Los cuidadores de ancianos y dependientes
Salud sexual, 7213 veces leido

Los cuidadores de personas mayores y personas en situación de dependencia, son todas y cada una aquellas personas que siendo profesionales o bien no, prestan cuidados a estas personas mayores y/o dependientes, a fin de que estas puedan desenvolverse con normalidad en su vida diaria.

Hay una realidad irrebatible en nuestra sociedad, si pensamos en que es cada vez mayor el porcentaje de población de más edad, debido fundamentalmente al acreciento de la expectativa de vida y la aminoración de la tasa de natalidad, hallamos que esta suma da un resultado claro: Hacen falta cuidadores.

Normalmente, la familia es la que acepta la más extensa una parte del cuidado de estas personas. Deseamos cuidar a nuestros seres queridos, brindándoles todo nuestro amor y apoyo, si bien muy frecuentemente, las obligaciones laborales y personales nos impiden volcarnos en esta ayuda y debemos recurrir a los cuidadores profesionales.

En la mayoría de las familias es una sola persona la que admite la mayoría de la responsabilidad de los cuidados y eso deriva muchas veces, en el deterioro físico y sicológico del cuidador. Para eludir este desgaste, es esencial que efectuemos una planificación.

Como puede organizar los cuidadores, la atención a la persona mayor o bien dependiente

Pocas personas están realmente preparadas para enfrentar las responsabilidades y adversidades asociadas a la situación de cuidar a una persona mayor dependiente. Por esta razón es siempre y en todo momento y en todo instante recomendable que, las personas que van a cuidar a un familiar mayor efectúen un plan de acción que les asistan a tener claras las metas del cuidado y la forma en que van a llegar hasta ellas, teniendo presente ciertos aspectos.

los cuidadores de ancianos

Los profesionales de los servicios sociales deben ofrecer a los cuidadores la información libre sobre los recursos sociales (por ejemplo, centros residenciales, asistencia domiciliaria, centros de día, programas de respiro, etc. que pueden emplear, tal y como sobre los medios para acceder a semejantes recursos.

Las múltiples y variadas responsabilidades del cuidado complican que los cuidadores informales puedan contar con el tiempo y fuerzas precisas para cuidarse a sí mismos. No obstante, los cuidadores que deseen disfrutar de un mayor bienestar tanto sensible como físico en la situación de cuidado de su familiar, tal y como desarrollar un perfecto desempeño en las tareas relacionadas con el cuidado, precisan darse cuenta de la relevancia que supone cuidar a sí y aprender cómo hacerlo.

Los cuidadores que han llegado a la conclusión de que es esencial cuidar de sí mismos, se proponen realizar algunos cambios en sus vidas.

El cuidado de una persona anciana y/o dependiente implica un exceso de trabajo y, como consecuencia, vamos olvidándonos de cubrir nuestras necesidades, como el sueño, el reposo y el ocio.

Los cuidadores no deben olvidar en ningún momento que su cuidado es del mismo modo esencial que el del mayor dependiente.

Existen una serie de “señales” de agotamiento y agobio en los cuidadores que pueden ser utilizados como un instrumento de detección de la necesidad de aumentar el cuidado de sí.

Listado de posibles “señales de agotamiento y agobio de los cuidadores”

Inconvenientes de sueño

Pérdida de energía

sensación de fatiga crónica

sensación de cansancio progresivo

Aislamiento

Inconvenientes físicos: palpitaciones, temblor de manos, molestias digestibles.

Inconvenientes de memoria y dificultad para concentrarse.

Menor interés por actividades y personas que anteriormente eran objeto de interés.

Acreciento o aminoración del apetito.

Actos rutinarios repetitivos como, por poner un ejemplo, limpiar de forma continua.

Enfadarse de manera fácil.

Dar demasiada relevancia a pequeños detalles.

Cambios frecuentes de humor o de estado de ánimo

Tendencia a sufrir accidentes

Dificultad para superar sentimientos de depresión o nerviosismo

No admitir la existencia de síntomas físicos o psicológicos que se justifican mediante otras causas extrañas al cuidado

Tratar a otras personas de la familia de forma menos considerada que habitualmente.

Los cuidadores deben empezar por cuidarse mismos, puesto que si se marchan encarando solos y sin reposo con el duro trabajo de cuidar, pueden caer en el síndrome del cuidador y enfermar o bien caer en depresiones.

Por otra parte, cuidar a otras personas que no pueden valerse por sí solas, es entre los trabajos más gratificantes que existen. Pese a los instantes duros de esta profesión, la balanza siempre y en todo momento acaba cayendo cara el lado de una perspectiva positiva. Asistir a el resto, es obsequiar vida y esperanza, la alegría de compartir que somos humanos.

Marivi AlonsoLos cuidadores de ancianos y dependientes


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